Un puñado de tierra, un viaje sensorial a la selva misionera en el Museo Sívori : Muestra de Andrés Paredes
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Andrés Paredes junto a una de sus instalaciones |
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vista de la sala con las orquídeas, plantas aromáticas y semillas colgantes |
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detalle de una pintura que exhibe el cielo estrellado |
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Andrés Paredes junto a Abel Guaglianone Presidente de la Asociación de Amigos del Museo Sívori en la presentación para la prensa |
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detalle de la instalación con las mariposas que finalizaron su ciclo de vida |
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detalle de la instalación con cristales obtenidos en forma química |
(Buenos Aires)
El Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori inauguró
el 11 de septiembre a la exposición “Un
puñado de tierra” del artista misionero Andrés Paredes. La muestra, curada por
Sandra Juárez, transforma las salas del museo (Av. Infanta Isabel 555) en un
ecosistema sensorial que sumerge al visitante en la belleza y el misterio de la
selva misionera, guiado por el verso profundo de Herib Campos
Cervera.
La tierra, como elemento conceptual principal, se
manifiesta en una fascinante variedad de técnicas y materiales. Lejos de ser
una exposición convencional, “Un puñado de tierra” se despliega en
instalaciones que involucran todos los sentidos: desde pequeñas bolsas con
tierra, semillas y plantas aromáticas que perfuman el aire, hasta la delicadeza
de orquídeas con flores naturales que cuelgan del techo.
El título y el alma de la exposición son un homenaje
al poema “Un puñado de tierra” del poeta misionero Herib Campos Cervera, cuyo
texto completo reverbera en cada rincón de la sala:
Poema
Un puñado de
tierra
Un puñado de
tierra
Hérib Campos
Cervera
-I-
Un puñado de
tierra
de tu profunda
latitud:
de tu nivel de
soledad perenne:
de tu frente de
greda
cargada de
sollozos germinales.
Un puñado de
tierra,
con el cariño
simple de tus sales
y su desamparada
dulzura de raíces.
Un puñado de
tierra que lleve entre sus labios
la sonrisa y la
sangre de tus muertos.
Un puñado de
tierra
para arrimar a
su encendido número
todo frío que
viene del tiempo de morir.
Y algún resto de
sombra de tu lenta arboleda
para que me
custodie los párpados de sueño.
Quise de Ti tu
noche de azahares:
quise tu
meridiano caliente y forestal:
quise los
alimentos minerales que pueblan
los duros
litorales de tu cuerpo enterrado,
y quise la
madera de tu pecho.
Eso quise de Ti
(Patria de mi
alegría y de mi duelo:)
eso quise de Ti.
-II-
Ahora estoy de
nuevo desnudo.
Desnudo y
desolado
sobre un
acantilado de recuerdos:
perdido entre
recodos de tinieblas.
Desnudo y
desolado:
lejos del firme
símbolo de tu sangre.
Lejos.
No tengo ya el
remoto jazmín de tus estrellas,
ni el asedio
nocturno de tus selvas.
Nada: ni tus
días de guitarra y cuchillos,
ni la
desmemoriada claridad de tu cielo.
Solo como una
piedra o como un grito
te nombro y,
cuando busco
volver a la
estatura de tu nombre,
sé que la Piedra
es piedra y que el Agua del río
huye de tu
abrumada cintura y que los pájaros
usan el alto
amparo del árbol humillado
como un
derrumbadero de su canto y sus alas.
-III-
Pero así, caminando,
bajo nubes distintas:
sobre los
fabricados perfiles de otros pueblos,
de golpe, te
recobro.
Por entre
soledades invencibles,
o por ciegos
caminos de música y trigales,
descubro que te
extiendes largamente a mi lado,
con tu
martirizada corona y con tu limpio
recuerdo de
guaranias y naranjos.
Estás en mi:
caminas con mis pasos,
hablas por mi
garganta: te yergues en mi cal
y mueres, cuando
muero, cada noche.
Estás en mi con
todas tus banderas:
con tus honestas
manos labradoras
y tu pequeña
luna irremediable.
Inevitablemente
-con la puntual
constancia de las constelaciones-.
vienen a mi,
presentes y telúricas:
tu caballera
torrencial de lluvias:
tu nostalgia
marítimas y tu inmensa
pesadumbre de
llanuras sedientas.
Me habitas y te
habito:
sumergido en tus
llagas,
yo vigilo tu
frente que muriendo, amanece.
Estoy en paz
contigo:
ni los cuervos
ni el odio
me pueden
cercenar de tu cintura:
yo sé que estoy
llevando tu Raíz y tu Suma
sobre la
cordillera de mis hombros.
Un puñado de
tierra:
Eso quise de Ti
Y eso tengo de
Ti.
publicado en la Biblioteca
Digital Ciudad Seva
Este verso simboliza el vínculo irrenunciable con la
tierra de origen, un sentimiento que Paredes materializa en cada una de sus
obras. A través de un conjunto de piezas multisensoriales, el artista no solo
exhibe arte, sino que construye un espacio para recordar que, al final, todos
estamos hechos de un mismo puñado de tierra.
Para agendar:
· Muestra: “Un puñado de tierra” de Andrés Paredes
· Curaduría: Sandra Juárez
· Inauguración: Jueves 11 de septiembre de 2025, 18
h
· Lugar: Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori |
Av. Infanta Isabel 555 (frente al puente del Rosedal)
· Horarios:
· Lunes,
miércoles, jueves y viernes: de 11 a 19 h.
· Sábados,
domingos y feriados: de 11 a 20 h.
· Martes: cerrado.
· Miércoles:
entrada sin cargo
· Jubilados,
ex combatientes de Malvinas, estudiantes universitarios (con acreditación),
personas con discapacidad + acompañante, menores de 12 años y grupos de
estudiantes de colegios públicos: sin cargo todos los días.
Más información:
https://buenosaires.gob.ar/museosivori
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