Kuitca 86 De Nadie olvida nada a Siete últimas canciones

 







 


(Buenos Aires)

El 13 de marzo se inauguró al público una muestra de Guillermo Kuitca en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires Malba. Previamente, una conferencia del artista donde se reunió numeroso público.








El día anterior se hizo un recorrido de prensa con las curadoras de la exposición Sonia Becce y Nancy Rojas y también hubo palabras del fundador del Malba Eduardo Costantini y de María Amalia García, curadora en jefe del museo.

Ese mismo día hubo una conferencia de prensa con  Guillermo Kuitca.

Una de las preguntas hecha por esta revista fue por el interés de Kuitca por el teatro, que está plasmado en algunas pinturas y también en escenografías que el artista ha realizado para el Teatro San Martín, el Teatro Colón y otros teatros, y algunos espectáculos teatrales.

Kuitca respondió que ese interés por el teatro surgió debido a una crisis con la pintura.





Guillermo Kuitca es un artista que ha dedicado casi toda su vida a la pintura. A los dos años una maestra del jardín de infantes al que concurría le sugirió a los padres que lo llevaran a un taller de libre expresión. Y ahí empezó su camino hasta el día de hoy.

La exposición Kuitca 86 inaugurada recientemente abre el calendario 2025.  De Nadie olvida nada a Siete últimas canciones, es una exposición que propone un enfoque en profundidad sobre una etapa crucial de la labor de Guillermo Kuitca, en el marco del 50 aniversario de la primera exposición que realizó en la galería Lirolay en 1974 a sus 13 años, y a 22 años de que su obra se presente por primera vez en Malba.




 
Ante la oportunidad de recuperar la dimensión experimental de sus obras iniciales, reúne de manera inédita un conjunto de pinturas y series icónicas como Nadie olvida nada, comenzada en 1982, El mar dulce, iniciada en 1983, y Siete últimas canciones, presentada en 1986, junto a una selección de dibujos y documentos. Con estas piezas, de diversos formatos, soportes y técnicas, Kuitca forjó desde la pintura una investigación espacial y material que dio lugar a un repertorio iconográfico decisivo. Se trata de un conjunto de imágenes en las que plasmó la convergencia de atmósferas alusivas al imaginario de lo individual y lo comunitario, de lo doméstico y lo dramático.

 Paralelamente, la muestra repara en las proyecciones que condensa el año 1986 como un momento señero en la trayectoria de Kuitca, en el que se precipitó la consolidación de una narrativa que derivó en el abandono de la figura humana, permitiendo pensar a su obra de ese período en perspectiva y en prospectiva.

Dice Sonia Becce, co-curadora de la exposición: “La intención es hacer foco en 1986, con fugas puntuales a series icónicas inmediatamente anteriores y posteriores. La estrechez de la ventana temporal ‒una especie de inicio del Big Bang kuitquiano‒ trae al presente a ese artista jovencísimo que empezaba a encontrar en las nuevas pinturas, de una carga experimental altísima, un lenguaje muy propio en concordancia profunda con su época. Si el título Kuitca 86 enfoca, el subtítulo, De Nadie olvida nada a Siete últimas canciones, amplía detalles sobre las pinturas incluidas, tanto las icónicas e insoslayables como muchas otras raramente o nunca exhibidas”.

En un contexto cada vez más afincado en la concepción performativa de las prácticas culturales, esta exposición también pone en foco la condición escénica que caracterizó tempranamente su lenguaje. En este sentido, explora los diálogos del artista con el teatro expandido como una instancia generadora de experiencias pictóricas y teatrales liminares.

Finalmente, la muestra aborda la producción de Kuitca como una referencia ineludible del arte del sur global, e indaga en el impacto de su figura en escenas significativas del entramado discontinuo que constituyen el arte moderno y contemporáneo latinoamericano.

“El Kuitca del 86 nos invita a localizar la fuerza en los procedimientos antes que en los temas, en las variaciones lentas y en la táctica de la diseminación antes que en las transformaciones drásticas. Desde una perspectiva geopolítica y asumiendo la crisis del canon modernista del arte, la producción exhibida en esta exposición actualiza las lecturas sobre el entramado discontinuo que constituyen el arte moderno y contemporáneo. En este sentido, potencia la mirada del arte latinoamericano como una miscelánea de relatos parciales propensos a los derrames temporales que habilitan encuentros intergeneracionales”, explica Nancy Rojas.

Kuitca 86 presenta   77 obras de las colecciones de Malba y de Eduardo F. Costantini y de otras colecciones privadas y públicas. La mayoría de estas piezas se encuentran en Argentina; en los últimos años han retornado al país luego de haber sido llevadas al exterior en el marco de distintas exposiciones y haber quedado en ciudades de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos. Recalando en este espíritu de recuperación, Malba vuelve a presentar a este artista clave para su generación y para las posteriores.

    

La exposición estará abierta hasta el 16 de junio de 2025.

https://www.malba.org.ar/

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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