El sábado 29 de marzo se inauguraron tres exposiciones en Malba – Puertos, un museo ubicado en Escobar, Provincia de Buenos Aires
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Eleonora Jaureguiberry, Alejandra Aguado, Ivana Vollaro, Florencia Sadir y Daniel Leber |
(Buenos Aires)
Malba – Puertos es la nueva
sede del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. Está ubicado en
Escobar, provincia de Buenos Aires.
El sábado 29 de
marzo se inauguraron tres exposiciones en Malba – Puertos: Vuelo infinito,
que reúne la obra de Xul Solar y Daniel Leber, dos creadores de épocas
distintas cuya obra indaga en los misterios del cosmos; Yendo por dentro del
agua, he llegado muerta de sed, una instalación al aire libre que conecta el agua, la tierra y el cielo
de la artista tucumana Florencia Sadir; y Reservados, una
intervención de Ivana Vollaro en la reserva técnica que trabaja con el límite entre lo
visible y lo invisible en un museo.
Con la curaduría
institucional de Alejandra Aguado, coordinadora artística de Malba Puertos,
estos proyectos profundizan en una serie de líneas de investigación que ponen
en diálogo a artistas modernos y contemporáneos entre sí, con el acervo de
Malba y la Colección Eduardo F. Costantini y con el entorno natural que rodea a
sus obras. Estarán
abiertos al público hasta el 31 de agosto.
Realicé el recorrido de prensa previo a la
inauguración al público. Una combi que partió del Malba ubicado en la Avenida
Figueroa Alcorta nos llevó hasta Malba -Puertos. Fuimos acompañados por Julieta Correa, responsable de Prensa del Malba. Ahí nos esperaban Eleonora
Jaureguiberry, coordinadora general del museo, Alejandra Aguado, coordinadora artística
de Malba Puertos, y los artistas Daniel
Leber, Florencia Sadir y Ivana Vollaro.
Continúa además en exhibición Rosario
Liendro, José Pascual Chaile, Irene Durán, Pedro Chaile y Sebastiana
Martínez, las obras monumentales en arcilla de Gabriel Chaile que se
encuentran emplazadas de modo permanente en el pabellón de Malba Puertos que
lleva su nombre. Este conjunto escultórico de seres antropomorfizados se
presentó por primera vez en la Bienal de Venecia en 2022 y constituye un
retrato de grupo del árbol genealógico del artista.
Malba Puertos es la
nueva sede del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires que inauguró en
septiembre de 2024. Emplazado en la localidad de Escobar, se propone acercar
ideas, proyectos y voces destacadas de la escena artística actual a nuevas
comunidades, especialmente a los habitantes de su área de influencia.
Inauguración gratuita abierta al público
Sábado 29 de marzo, 19h
Entrada gratuita de
martes a domingo de 11 a
18 h
A partir del 30 de marzo
Malba—Puertos
34°20'35.5"S 58°43'21.7"W
Alisal 160 Bahía, Puertos [B1625AEQ]
Escobar Buenos Aires, Argentina
T+54 11 4526 2522
info@malbapuertos.org.ar
XUL SOLAR Y DANIEL LEBER
Vuelo infinito
Del 30
de marzo al 31 de agosto de 2025
Sala
del Lago
Xul Solar y Daniel Leber:
Vuelo infinito reúne dos artistas y dos tiempos y, en su encuentro, busca
perpetuar el deseo y la posibilidad que ambos artistas manifestaron de abrirse
hacia los misterios del cosmos. Alejandro Xul Solar (1887−1963) fue uno de los artistas
argentinos más importantes del siglo XX, creador múltiple de imágenes,
astrólogo, estudioso de las culturas y de las religiones y promotor de la
creación de una lengua universal. Daniel Leber (n. 1988) es un artista
contemporáneo, seguidor de la obra de Xul, cuyo trabajo expresa la misma vocación por el estudio de
las tradiciones filosóficas, por hacer de cada imagen un
puente hacia lo intangible y por buscar en la cotidianidad
manifestaciones impensadas de lo divino.
La admiración de Leber hacia Xul
da cuenta del carácter inspirador que la obra de este sigue revistiendo para un
pintor de hoy; el deslumbramiento que sigue causando ese estilo único en que
geometría y palabra se funden con imágenes visionarias de reinos, paisajes y
seres que manifiestan su participación en un orden cósmico. Confirma, asimismo,
la vigencia de las prácticas espirituales y de las tradiciones sagradas, y su
rol en la búsqueda de sentido y el autoconocimiento. Nacidos con un siglo de
diferencia, Xul crea un imaginario que instala –y Leber construye otro que invita
a reafirmar– la importancia de generar símbolos para expresar verdades
universales, la creencia en una humanidad con capacidad de renovación y
transformación y la
aspiración por conectar el mundo material y espiritual, atendiendo a las
facultades místicas del hombre.
La exposición toma su título de
una frase escrita en una pequeñísima obra de Xul Solar de marcada proporción
vertical, en la que palabra e imagen revelan la aspiración del artista al
ascenso y una permanente persecución de lo divino. La representación de este
viaje y del encuentro e intercambio entre cielo y tierra aparece una y otra vez
en la exposición, que incluye un importante conjunto de 43 piezas de Xul Solar
especialmente cedidas por el Museo Xul Solar - Fundación Pan Klub, además de las
obras en préstamo de Malba, de la Colección de Eduardo F. Costantini y una
pieza de la Colección de Amalia Amoedo. Se suma, a través de las pinturas de
Leber, la figura de la travesía en sentido horizontal: ese camino, también
infinito, cuyo destino es, en realidad, conocerse a sí mismo.
En la introducción a una entrevista con Xul
Solar publicada en la revista argentina El hogar en 1953, se dice:
“Encerrado en las cuatro paredes de su estudio, está situado en el centro del
universo”, un reducto interior que Xul demuestra que es infinito y lleno de misterios que descubrir. El mismo en que Daniel
Leber busca estar presente, hallando sentidos profundos para cada acto
cotidiano, con la confianza de que es así como el “universo vuelve a su estado
mágico”. Con el afán de promover la continuidad de un lenguaje universal en
cuya base está la búsqueda de sentido y la fraternidad, esta muestra aspira
a acercarnos a la obra de
dos artistas que, a través del pensamiento, del hacer y del juego, se atreven a
pararse en lo que Leber llama “el borde del acantilado del misterio” y acceder
así a otras realidades que se abren camino en sus imágenes. Estas comparten una aventura interior y funcionan como puentes hacia los
secretos –y las posibilidades– de la humanidad.
FLORENCIA SADIR
Yendo por dentro del agua, he llegado muerta de sed
Del 30
de marzo al 31 de agosto de 2025
Sala
del Bosque
Las
obras concebidas por Florencia Sadir para Malba Puertos, traen historias de
agua, tierra y cielo. El título de esta exposición surge de una copla de la
cantante salteña Mariana Carrizo que revela la relación compleja que
establecemos con la naturaleza, así como el vínculo estrecho que los trabajos
de la artista entablan con el entorno. Desde su hogar en los Valles Calchaquíes
–donde recolecta, moldea, esmalta y hornea pacientemente la arcilla hasta
convertirla en cerámica, elemento fundamental de este proyecto–, Sadir da forma
a una práctica escultórica que, si bien está basada en la construcción
material, se concreta como una ofrenda, una invocación y una conversación con
la tierra y con su tiempo.
Desde
la lejanía, las obras de Sadir se presentan como volúmenes simples, modulares y
geométricos. Sin embargo, sus superficies dan cuenta de un proceso íntimo y
manual y llevan inscritas las huellas del trabajo que realizan sobre ellas el
agua, el fuego o el humo hasta expresar la voz misma del territorio. Buscan
también que la mirada se oriente hacia el frente, hacia arriba y hacia el
suelo: es en el cruce de las dimensiones de lo vertical y lo horizontal que
propone un encuentro con esas otras fuerzas vitales para reconocernos como
parte de una conjunción de elementos.
Inspirada
en una tecnología ancestral diseñada para capturar agua de niebla y rocío en
zonas áridas, una de las instalaciones propone un recorrido sinuoso entre
mallas de las que cuelgan cientos de pequeñísimas gotas de cerámica. Otra
construcción que, con sus muros anchos de barro y de cal, evoca la arquitectura
característica de nuestra historia colonial ofrece algo de amparo ante la
intemperie e invita a mirar el cielo a través de la abertura triangular que
dejaron sus muros volteados, testigos del agua y del viento. Un poco más allá,
una serpiente de arcilla plateada se estira sobre un espejo líquido. Figura del
río, símbolo de la fertilidad y encarnación, en la cosmología diaguita, de un
rayo que cae con la lluvia desde el cielo, el animal lleva sobre su lomo
dibujos que narran, a la manera de una escritura antigua, los procesos que
humanos y naturaleza atraviesan como partes de un mismo ciclo vital que integra
cultivo, transformación y cosecha.
Las
obras de Sadir reflexionan sobre la manera en que nos vinculamos con el
territorio. Son gestos que expresan el deseo de hablar el idioma de la Tierra y
la necesidad de pedirle permiso ante nuestros acercamientos. Frente a la
pregunta por la supervivencia humana y planetaria, sus trabajos reafirman el
valor, el cuidado y el respeto que se debe a los bienes de la tierra, y piensan
el futuro a través de una conexión con el pasado y el presente mediante
actividades que, según la artista, nos permiten participar de “la temporalidad
de los ciclos naturales”, atender a otras formas “de espera y de cuidado” y así
“restaurar la memoria herida del mundo”.
IVANA VOLLARO
Reservados
Del 30
de marzo al 31 de agosto de 2025
Reserva
técnica
¿Dónde
está el límite entre lo visible y lo invisible en un museo? ¿Cómo regula, una
institución fundamentalmente dirigida al ojo, los términos de lo accesible?
Partiendo de su análisis de la reserva de obras de arte de Malba Puertos, el espacio
al que se la invitó a intervenir, la artista argentina Ivana Vollaro despliega
una serie de obras que juegan con el más fino y contradictorio de sus límites –sus
ventanas y paredes vidriadas– para indagar en aspectos simples del acto de
mostrar. En las reservas o depósitos, que son zonas de intercambio, guarda y
espera, los acontecimientos son algo esporádico; su naturaleza está orientada a
proporcionar estabilidad y sostener a la obra de arte como una existencia casi
perenne. ¿De qué están hechos, entonces, esos momentos libres de sucesos? ¿Cómo
repensar esa quietud como algo vivo, latente?
La
práctica de Ivana Vollaro se desarrolla en una diversidad de medios. Incluye
video, instalaciones, performance, publicaciones y poesía. Anclada en la
tradición del arte conceptual –donde la experiencia estética surge de
desarticular nuestra lógica, de sacudir nuestros modos habituales de pensar y
de acercarnos a los objetos y sentidos sin cuestionarlos, movilizando aquello
que damos por sentado–, su obra encuentra en la palabra y en el modo en que se
articula gráficamente sus vehículos privilegiados. Esas palabras que Vollaro
trae al frente pueblan nuestro contexto cotidiano y parecen cumplir con una
necesidad básica de orden y comunicación. Es en su traslado a espacios que no le
son naturales, en un gesto de extrañamiento, donde esta escritura de la que se
pretende un grado nulo de sugestión funda su poética; donde estas líneas, que
habían perdido interés, ganan ambigüedad, espesor y humor.
El
proyecto de Vollaro para Malba Puertos incluye la producción de obras que
funcionan como dobles, en apariencia idénticos, a los elementos propios de este
museo: textos de letras vinílicas que se instalan sobre los muros, indicadores
lumínicos sobre los que corren los títulos de las exposiciones o videos de
cualidad institucional. Al prestarles atención, sin embargo, el ojo atento
puede encontrarse con un contenido nuevo que enmascara un sinnúmero de
preguntas. ¿Cuáles son los límites de una reserva y qué dice de nuestra
existencia este término técnico? ¿Es la reserva una forma permanente o superior
de espera? ¿A qué lugares de la memoria nos lleva la palabra en cuestión y sus
variantes “reservas”, “reservados”, “reservado”? Para ensayar respuestas,
Vollaro se detiene sobre algo tan invisible como los textos anodinos con los
que juega: la superficie delgada y traslúcida de las paredes de Malba Puertos,
donde se funden la curiosidad con los reflejos de lo que hay adentro y lo que
hay afuera y este espacio se muestra y se guarda en un coqueteo sin pudor o,
como podría bien decir la artista, sin reservas.
Biografías de los artistas
Alejandro Xul
Solar (Buenos Aires,
1887—1963) fue un artista, músico y escritor argentino. Su vida y producción
estuvieron marcadas por su profundo sentido místico y un espíritu
revolucionario que lo llevaron a experimentar con la escritura, la lengua, la notación musical, el ajedrez,
el tarot y la astrología, entre otras disciplinas, y a estudiar con profundidad
tradiciones filosóficas, religiosas y místicas occidentales y no occidentales.
Durante una larga estadía en Europa, que sucede entre 1912 y 1924, establece
contacto con las vanguardias, entabla un fuerte vínculo con Emilio Pettoruti y
es allí donde expone por primera vez de manera individual. Resuelto a revolucionar
el campo artístico local, regresa a la Argentina en 1924, momento a partir del
cual comienza además a sistematizar la manera de tener visiones, que registra
mediante la escritura y la pintura.
En Buenos Aires
se integra a la intelectualidad de vanguardia a través de su participación en
el periódico local Martín Fierro y encuentra en Jorge Luis Borges otro
interlocutor fundamental. Al desarrollo de su obra plástica, que incorpora
letras y signos, suma la creación del neocriollo, una lengua basada en
el español y el portugués, concebida para fomentar la comunicación en
Latinoamérica. A lo largo de su carrera, desarrolló sistemas de pensamiento
alternativos, como el reemplazo del sistema decimal por el duodecimal, un nuevo
sistema de notación musical y su visión del Pan-tree, una
reinterpretación del árbol de la vida. Su visión americanista se manifestó en
sus pinturas a través de banderas, inscripciones enigmáticas y referencias
cabalísticas. Entre sus símbolos recurrentes, la serpiente se destaca como
emblema de la sabiduría hermética y la transformación.
Entre sus
exposiciones más destacadas se encuentran su presentación en Amigos del Arte en
1929, la muestra en la Sala II de la misma institución en 1940, y su exhibición
en la Galería Guón en 1951, donde introdujo sus pinturas inspiradas en la
astrología y la Cábala. En 1960, participó en 150 Años de Arte Argentino
en el Museo Nacional de Bellas Artes, consolidando su legado en la escena
artística nacional e internacional.
Durante los
últimos años de su vida y desde la casa del Delta del Tigre donde se instala a
fines de la década del 50 desarrolla la panlingua, da forma a su serie
de Proyectos y Fachadas para casas en el Delta y crea sistemas de
escritura plástica que denomina grafías plastiútiles o pensiformas.
Fallece el 9 de abril de 1963, año en que es homenajeado con una exposición
retrospectiva en el Museo Nacional de Bellas Artes. Como señaló Borges, “Xul
sabía que la realidad puede modificarse continuamente y creía que su misión
consistía en esa revolución cotidiana”. Su obra sigue siendo, hasta el día de
hoy, un referente ineludible del arte argentino y latinoamericano.
Daniel Leber nació en Buenos Aires en 1988. Es
Licenciado y Profesor en Artes Plásticas por la Universidad de Buenos Aires y desarrolló
su formación como artista de manera autodidacta y en el Programa de Artistas de
la Universidad Torcuato Di Tella. Desde muy joven se abocó al estudio de artistas como Xul Solar, Joaquín Torres García y Liliana
Maresca, y de los símbolos, a través de los cuales busca
traducir realidades superiores en elementos tangibles y cotidianos. Su obra
participó de numerosas muestras colectivas, entre la
que se destacan A 18 minutos del sol y Una historia de la imaginación
en la Argentina (Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, 2023 y 2019). Tuvo
muestras individuales en las galerías Calvaresi Contemporáneo (2022) e Isla
Flotante (2021), entre otras. Es director de Detox, plataforma
multidisciplinaria de contenidos que cruzan mística y actualidad. Coordinó el grupo de estudios de
metafísica y esoterismo en LAR-Buenos Aires, un espacio
de meditación experimental en la Pulpería Mutuálica y, junto a
Marté, llevó adelante el equipo de
exploración perceptual en Media Galería. Actualmente vive
entre Berlín, Liubliana y Buenos Aires. Obtuvo el
Primer Premio Itaú Artes Visuales (2022) y recibió las becas artísticas de la Fundación ASEF, Fundación Oxenford, Fondo Nacional de las
Artes y del Banco de San Juan.
Florencia
Sadir nació en Salta en
1991, estudió en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán y
amplió su formación en la Escuela Flora Ars + Natura (Bogotá, 2019) y el
Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella (Buenos Aires,
2020-21). Vive en el pueblo calchaquí de San Carlos, cerca de Cafayate, donde
nació: un territorio que involucra de forma directa a su producción a partir
del uso de materias primas locales y del trabajo artesanal que aprende
directamente de su comunidad, que viene transmitiendo de generación en
generación oficios vinculados a la alfarería, la producción de ladrillos o los
cultivos. La preocupación sobre la amenaza de la contaminación y los procesos y
tiempos que impone la producción industrial son temas frecuentes en su obra.
Sus trabajos han participado de numerosas exposiciones colectivas entre las que
se destacan Still Alive (Trienal de Aichi, Tokoname, Japón, 2022); y Adentro
no hay más que una morada (Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, 2021). Ha
tenido exposiciones individuales en W-naturae (Pueblo Garzón, Uruguay, 2023);
Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (2022) y el Museo de Arte Contemporáneo
de Salta (2021). Recibió la Beca a la Creación del Fondo Nacional de las Artes
(2019) y participó de la residencia FAARA de la Fundación Ama Amoedo en José
Ignacio, Uruguay (2023).
Ivana Vollaro nació en Buenos Aires en 1971 y estudió
Artes (1993-1997) y Derecho en la Universidad de Buenos Aires (1989-1992). Su
trabajo busca revelar, a través del uso del lenguaje --que toma como un ready-made
de los más variados contextos sociales y urbanos-- y de la gráfica como
vehículo para su enunciación, un conocimiento profundo de nuestra identidad y
complejidad como sociedad. Su producción incluye publicaciones, fotografía,
video, instalación, performance, piezas sonoras, poesía visual y arte correo.
Su obra ha participado de múltiples exhibiciones colectivas, entre las que se
destacan Del cielo a casa, Malba, (2023); Bienalsur: Esta palabra no
está en el diccionario, MACRO, Rosario (2023); Qué cosa, la poesía
visual?, Centro Cultural Kirchner, Buenos Aires (2023). Entre otros
espacios, ha exhibido su obra de manera individual en Hache galería, Buenos
Aires; Galería Laura Marsiaj, Río de Janeiro; Galería Vermelho, São Paulo. Entre otros reconocimientos, recibió la Beca de Creación de la Fundación
Antorchas (2003-2005), el Premio de Curaduría de la Asociación Argentina de
Críticos de Arte (2006) y una beca para participar del programa Universidade de
Verão en la residencia Capacete, Rio de Janeiro (2012). Vive entre Buenos Aires y Rosario,
Argentina.
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